viernes, 21 de agosto de 2009

Why is Saint Philomena making such a powerful spiritual return in our own times?


We might expect devotion to St Philomena to have been hindered by the suppression of her feastday in 1961. On 14 February of that year, she was removed from the calendar of saints amidst doubts about her historicity. However, it was never the facts of her earthly life, admirable though they are, which fostered her remarkably widespread devotion. Instead, devotion to Philomena has always been nourished by an unending series of extraordinary miracles and spiritual favours, which caused Pope Gregory XVI to declare her the wonder-worker of the nineteenth century.

Her sanctuary is still a fully approved place of public pilgrimage and her Universal Archconfraternity continues to enjoy the favours bestowed upon it by a succession of popes. Now, in the twenty-first century, a remarkable resurgence of devotion to St Philomena has occurred. The doubts raised about her historicity have been rebutted by archeologists and historians. But her popular resurgence may be attributed to something else:

Why is Saint Philomena making such a powerful spiritual return in our own times?

I believe one reason is that the youth of today need an example of heroic Christian purity, even when they do not find support for purity from their society, their friends, even at times from their own parents. Many of today’s youth are being exposed to numerous occasions of blasphemy and impurity through pornography, immodest clothing, obscene movies, and oftentimes, most tragically, with the consent of their parents.

Today’s youth need a young heroic witness for the upholding of Christian purity even if their peers and their own parents are not encouraging them. They face situations very similar to those which Philomena had to contend with. Both the Emperor and her parents encouraged her to become the Empress of Rome — the highest position of power and fame the world could offer any woman. Similarly, our young people are continually tempted by the allure of power and pride and illicit pleasures. Because Philomena said yes to Christ and to His Kingdom, it is little wonder that Jesus is making her well known again as the Patroness of Purity, for the young people of the twenty-first century.

Dr Mark Miravalle, Professor of Theology,
Franciscan University of Steubenville, Ohio.

¿Por qué Santa Filomena esta haciendo este regreso espiritual de gran alcance en nuestros tiempos?

Podríamos esperar que la devoción a Santa Filomena se haya visto obstaculizada por la supresión de su festividad en 1961. El 14 de febrero de ese año, fue removida del calendario de los santos en medio de dudas acerca de su historicidad. Sin embargo, nunca fueron los hechos de su vida terrena, aun admirables que sean, lo que fomentó su devoción muy extendida.
En cambio, la devoción a Filomena siempre ha sido alimentada por una interminable serie de milagros y favores espirituales extraordinarios, lo que causó al Papa Gregorio XVI declararla la taumaturga del siglo XIX.
Su santuario es todavía un lugar de peregrinación totalmente aprobado público y su Archicofradía universal sigue disfrutando de los beneficios otorgados a ella por una sucesión de papas. Ahora, en el siglo XXI, un notable resurgimiento de la devoción a Santa Filomena se ha producido. Las dudas planteadas acerca de su historicidad han sido refutadas por los arqueólogos y los historiadores. Pero su resurgimiento popular puede atribuirse a otra cosa:

¿Por qué Santa Filomena esta haciendo este regreso espiritual de gran alcance en nuestros tiempos?

Creo que una de las razones es que la juventud de hoy necesita un ejemplo de pureza Cristiana heroica, aun cuando no encuentran el apoyo para la pureza en su sociedad, sus amigos, incluso a veces de sus propios padres. Muchos de los jóvenes de hoy están expuestos a numerosas ocasiones de blasfemia y de impureza a través de la pornografía, la ropa indecente, películas obscenas, y muchas veces, lo más trágico, con el consentimiento de sus padres.

La juventud de hoy necesita un testimonio heroico de jóvenes para la defensa de la pureza Cristiana, aunque sus compañeros y sus propios padres no los alienten. Se enfrentan a situaciones muy similares a los que Filomena tuvo que luchar. Tanto el emperador y sus padres la animaron a convertirse en la emperatriz de Roma - la más alta posición de poder y la fama en el mundo puede ofrecer a cualquier mujer. Del mismo modo, nuestros jóvenes son continuamente tentados por el afán de poder y el orgullo y los placeres ilícitos.
Debido a que Filomena dijo sí a Cristo ya su Reino, no es de extrañar que Jesús está haciendo una vez más a su bien conocida como la Patrona de la pureza, para la gente joven del siglo XXI.

Dr. Mark Miravalle, profesor de Teología,
Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio.

jueves, 20 de agosto de 2009

Coronita a Santa Filomena


La coronita es una devoción tradicional en la Iglesia Católica ligada a algun santo, y es un conjunto de oraciones, comúnmente rezadas con ayuda de una especie de rosario
en este caso la coronita de Santa Filomena (Su día festivo es el 11 de agosto) tiene trece cuentas rojas (símbolo del martirio), tres cuentas blancas (símbolo de la virginidad) y la medalla de la Santa, pero puede hacerse fácilmente sin el por su simplicidad.

Modo de rezar la Coronita

En la Cruz rezar: un Credo
En las cuentas Blancas rezar: tres Padre Nuestros a la Santísima Trinidad en honor de su pureza,
En las cuentas Rojas
en honor de los trece años que vivió la Santa, la siguiente oración"
Salve Oh Santa Filomena quien despues de María eres mi mediadora con el Divino esposo intercede por mi ahora y en la hora de mi muerte, Santa Filomena, Amada hija de Jesus y Maria, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
que puede sustituirse por trece Ave Marías y entre cada Ave María rezar:
"Santa Filomena por la sangre que derramaste por amor a Jesucristo, alcánzame la gracia que te pido."
y en la Medalla: Rezar:
Salve Oh Ilustre Santa Filomena que Valientemente ofrendaste tu sangre por Cristo, bendigo al señor por todas las gracias que te concedio durante tu vida especialmente a la hora de la muerte. lo alabo y glorifico por el honor y poder con el cual te coronó, e imploro a ti el obtener para mi las gracias que te pido por medio de tu intercesión Amen

Rezar también las letanías de San Juan Bautista María Vianney (opcional)

Letanías de Santa Filomena
(compuestas por el Santo Cura de Ars, San Juan Bautista María Vianney)

Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, atiéndenos.
Padre Celestial, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Hijo de Dios, Redentor del Mundo, ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Santa María, Reina de las Vírgenes, ruega por nosotros.

Santa Filomena, llena de abundantes gracias desde la cuna, ruega por nosotros.
Santa Filomena, fiel imitadora de María,
Santa Filomena, modelo de las Vírgenes,
Santa Filomena, templo de la perfecta humildad,
Santa Filomena, abrazada en la Gloria de Dios,
Santa Filomena, víctima del amor de Jesús,
Santa Filomena, ejemplo de fuerza y de perseverancia,
Santa Filomena, espejo de las más heroicas virtudes,
Santa Filomena, firme e intrépida en los tormentos,
Santa Filomena, flagelada como vuestro Divino Esposo,
Santa Filomena, que preferiste las humillaciones de muerte a los esplendores del trono,
Santa Filomena, que convertiste en testimonio tu martirio,
Santa Filomena, que cansaste el furor de los latigazos,
Santa Filomena, protectora de los inocentes,
Santa Filomena, Patrona de la juventud,
Santa Filomena, asilo de los desgraciados,
Santa Filomena, salud de los dolientes y enfermos,
Santa Filomena, nueva luz de la Iglesia peregrinante,
Santa Filomena, que confundía la impiedad de la época,
Santa Filomena, cuyo nombre es muy glorioso en el Cielo y tremendo para el infierno,
Santa Filomena, ilustre por los más espléndidos milagros,
Santa Filomena, poderosa junto a Dios,
Santa Filomena, que reinas en la Gloria, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Señor.

Ruega por nosotros, Santa Filomena.

St Philomena’s Chaplet

The Chaplet is made up of red and white beads.
The red beads stand for the martyrdom of the Saint and her 13 Years of age
and the white beads indicate her Virginity and Purity of Heart.

The Apostles Creed is recited on the Crucifix, asking for the gift of Faith.
Three Our Fathers are said on the first 3 white beads in honour of the Most Holy Trinity giving thanks for the gifts given to the Holy Virgin.
Next, we have 13 red beads, each one represents a year in the life of St. Philomena. On the red beads the following prayer may be said, or substituted by the Hail Mary, followed by: “Saint Philomena, pray for us.”


Hail, O Holy Saint Philomena, my dear Patroness,
as my Advocate with thy Divine Spouse,
intercede for me now, and at the hour of my death.
Saint Philomena, beloved daughter of Jesus and Mary,
pray for us who have recourse to Thee.


On the chaplet's medal you say: “Hail, O, illustrious Saint Philomena, who so courageously shed your blood for Christ. I bless the Lord for all the graces, He has bestowed upon thee, during thy life, and especially at thy death; I praise and glorify Him for the honour and power with which He has crowned thee, and I beg thee to obtain for me from God the graces I ask through thy intercession. Amen.”

Litany of St Philomena by
Saint John Vianney

Lord have mercy on us: Christ have mercy on us.
Lord have mercy on us, Christ hear us: Christ graciously hear us.
God the Father of Heaven: have mercy on us.
God the Son, Redeemer of the world: have mercy on us.
God the Holy Spirit: have mercy on us.
Holy Trinity one God: have mercy on us.
Holy Mary, Queen of Virgins: pray for us.
Saint Philomena: pray for us.
Saint Philomena, filled with the most abundant graces from your very birth: pray for us.
Saint Philomena, faithful imitator of Mary: pray for us.
Saint Philomena, model of Virginity: pray for us.
Saint Philomena, temple of the most perfect humility: pray for us.
Saint Philomena, inflamed with zeal for the Glory of God: pray for us.
Saint Philomena, victim of thr love of Jesus: pray for us.
Saint Philomena, example of strength and perseverance: pray for us.
Saint Philomena, invincible champion of chastity: pray for us.
Saint Philomena, mirror of the most heroic virtues: pray for us.
Saint Philomena, firm and intrepid in the face of torments: pray for us.
Saint Philomena, scourged like your Divine Spouse: pray for us.
Saint Philomena, pierced by a shower of arrows: pray for us.
Saint Philomena, consoled in chains by the Mother of God: pray for us.
Saint Philomena, miraculously healed in prison: pray for us.
Saint Philomena, comforted by angels in your torments: pray for us.
Saint Philomena, who preferred torments and death to the splendours of a throne: pray for us.
Saint Philomena, who converted the witnesses of your martyrdom: pray for us.
Saint Philomena, who wore out the fury of your executioners: pray for us.
Saint Philomena, protectress of the innocent: pray for us.
Saint Philomena, patroness of youth: pray for us.
Saint Philomena, refuge of the unfortunate: pray for us.
Saint Philomena, health of the sick and the weak: pray for us.
Saint Philomena, new light of the church militant: pray for us.
Saint Philomena, who confounds the impiety of the world: pray for us.
Saint Philomena, who stipulates the faithand courage of the faithful: pray for us.
Saint Philomena, whose name is glorious in Heaven and feared in Hell: pray for us.
Saint Philomena, made illustrious by the most striking miracles: pray for us.
Saint Philomena, all powerful with God: pray for us.
Saint Philomena, who reigns in glory: pray for us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world: spare us, O Lord.
Lamb of God, who takest away the sins of the world: graciously hear us, O Lord.
Lamb of God, Who takest away the sins of the world: have mercy on us.
Pray for us Saint Philomena: that we may be made worthy of the promises of Christ.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Santa Filomena Es Removida del Calendario Litúrgico


Santa Filomena está en el paraíso,
este desconcierto es el trabajo de Satanás
(Padre Pío)

El 14 de febrero de 1961, la Sagrada Congregación de Ritos removió el día de la fiesta de Santa Filomena del Calendario Litúrgico. Además, reemplazó la Misa "Proper" (Propia) del culto para sustituirla por la Misa del Común de Mártires. La razón dada es que "no existen pruebas históricas de su existencia", cuando en realidad, la evidencia a favor de la existencia de esta Santa es apabullante y consiste en los extraordinarios y numerosos prodigios que Dios ha concedido por su intercesión. Además, tenemos los testimonios de muchas personas muy santas. La veracidad de estos testigos es irreprochable, sin embargo, todo esto no se ha tenido en cuenta

El 11 de agosto de 1971, Luigi Espósito, en un artículo titulado "El culto en estos últimos diez años", dice:

"En 1964 cuando el obispo diocesano nos visitó, se le preguntó cual era la interpretación auténtica de la declaración 'Festum Autem S. Filumenae'. Queríamos saber exactamente si solamente se removió, el culto litúrgico o todo tipo de devoción. Recibimos la siguiente respuesta: "El culto litúrgico se remueve, el culto popular queda sin alteración. Se puede venerar la Santa aún con el honor de celebraciones externas y con la Misa del Común".

Cuando el Obsipo de Misore, Moneñor M. Fernandez, titular de la catedral de Santa Filomena en India, le preguntó a Pablo VI, cómo había que interpretar el decreto del 14 de febrero de 1961, éste le contestó "Siga como antes y no perturbe a los fieles".

O sea, que solamente se puede venerar y honrar a la Santa con celebraciones externas en su Santuario en Mugnano y en otras partes en donde por razones locales, existe su devoción. Además, no ya con su Misa Propia, sino con la Misa del Común de Mártires.

Tal vez, la lección que hay sacar de esto, es que debemos tener más confianza en los caminos de Dios. Los sencillos pueden ver como trabaja el Señor. Los caminos de Dios con frecuencia no son siempre los del hombre.

La intención de éste librillo es modesto. Es hablar muy simple de lo que se puede afirmar históricalnente de Santa Filomena. Concede a otras obras el estudio de la personalidad de Don Francisco de Lucía, el retrato completo de Sor María Luisa, los milagros y los promotores. de la devoción a la Santa por todo el mundo. La voz autorizada del Santo Pio X, el arqueólogo A. Ferrua, Padre Pío, y el testimonio de los famosos devotos recogidos en este librillo, presentan una garantía suficiente para asegurarse que la Mártir Romana no solamente tiene existencia e identidad personal, sino que también mantiene un culto valioso, popular y litúrgico por toda la Iglesia Católica.
A los devotos de la Santa es grato y útil leer estas páginas para confirmarlas en su amor y devoción a la Santa Filomena

Saint Pilomena is Removed from Litúrgical
Calendar

St. Philomena is in paradise
this confusion is the work of Satan
-Father Pio-

On 14 February 1961, the Sacred Congregation of Rites removed the day of the feast of St. Philomena from the liturgical calendar. In addition, they replaced the Mass "Proper" (Self) of worship to replace the Mass of the Common of Martyrs. The reason given is that "there is no historical evidence of her existence", when in reality the evidence for the existence of Saint is overwhelming and consist of the extraordinary and many wonders that God has granted through her intercession. We also have the testimony of many very holy people. The veracity of these witnesses is beyond reproach, however, this has not been taken into account

On 11 August 1971 Luigi Esposito, in an article titled "Worship in the past ten years," wrote:
"In 1964 when the diocesan bishop visited us, was asked what was the authentic interpretation of the statement 'Festum Autem S. Filumenae'. We wanted to know exactly if it merely shifted, liturgical worship or any form of devotion. We received the following reply "Liturgical worship is removed, the popular cult remains unchanged. You can still venerate the Saint with honor of external celebrations and Common Mass.

When Misore, Bishop M. Fernandez, head of the Cathedral of St. Philomena in India, asked Paul VI, how one should interpret the decree of 14 February 1961, he was told "Continue as usual and do not disturb the faithful."

That is, you can only worship and honor our saint with external celebrations in her sanctuary in Mugnano and elsewhere where for local reasons, there is devotion to her. Furthermore, not with its Own Mass, but with the Mass of the Common of Martyrs.

Perhaps the lesson to draw from this is that we have more confidence in God's ways. Single people can see how the Lord works. God's ways are often not always those of men.

Our intention is very modest. It is very simple to speak of what can be said históricaly of Saint Philomena. Grants to other works studying the personality of Don Francisco de Lucia, the full portrait of Sister Maria Luisa, miracles and the promoters. devotion to the Holy worldwide.
The authoritative voice of the Saint Pius X, archaeologist A. Ferrua, Father Pio, and the testimony of the famous devotees gathered in this book he presents an adequate safeguard to ensure that the Roman martyr has not only personal existence and identity, but also maintains a valuable cult, popular and liturgical throughout Catholic the Church.
For the devotees of the saint is pleasant and helpful to read these pages to confirm them in their love and devotion to St. Philomena.


Santa Filomena Hija de luz parte2

Pero sí regresó; tras un mes de sufrimientos terribles, pudo hacer el viaje a Mugnano, donde fue curada en el santuario de las reliquias de Filomena. Su salud se había vuelto alarmante durante el viaje. La gente, aterrorizada por la apariencia esquelética de la niña, se reunió a su alrededor y la ensordecieron con sus súplicas a Filomena para que la curara. Sus dolores se habían vuelto tan intensos estando en su silla de minusválidos que se desplomó; todo mundo pensó que había muerto. Pero no era la muerte: el color regresó a sus pálidas mejillas, y en sus ojos llorosos se vislumbraba una paz celestial. Al darse cuenta de que Pauline estaba curada, la multitud se volvió loca de alegría y gritaban una y otra vez: ¡Un milagro! ¡Un milagro! ¡Viva santa Filomena!

Pauline emprendió su regreso a Roma y se presentó ante el Papa. Pero como él no había sido informado de su curación, quedó paralizado de alegría y asombro al ver en perfecta salud a la jovencita que poco antes se hallara al borde de la muerte. A fin de investigar minuciosamente su curación, ordenó a Pauline quedarse en Roma por un año, durante el cual le confirió muchos privilegios.

Aun cuando lo que él mismo declaró ser «un milagro de primera clase» le había llegado al alma, Gregorio no relajó en lo más mínimo las leyes rigurosas de los tribunales romanos. Sin embargo, cumpliendo con su promesa, al instante tomó medidas para ordenar que la Sagrada Congregación de Ritos iniciara una investigación a fondo por la causa de la santa. Todas las dificultades y dudas que impedían la aprobación de la Iglesia se resolvieron después de que los mejores expertos hubieran escudriñado toda la evidencia. Mientras tanto, las peticiones por parte del clero y los fieles para la canonización de Filomena inundaron Roma. En primer plano los obispos hacían llamados solicitando su causa. Todo el episcopado de Italia declaró que la niña Filomena era una santa. Durante dos años el Soberano Pontífice oró y meditó hasta que elevó a Filomena a la santidad. El 30 de enero de 1837, publicó el decreto que autorizaba la devoción y que concedía la celebración litúrgica de su fiesta con Misa en su honor. Llamó a la pequeña virgen-mártir «la obradora de milagros del siglo diecinueve».

El mayor prodigio relacionado con esta obradora de milagros se dice que fue la rapidez con que se extendió por todo el mundo su devoción. San Juan Vianney fue el que jugó un importantísimo papel en la promoción de dicha devoción. Entre sus clientes, también se encontraban san Madeleine-Sophie Barat, san Peter Chanel, y el Ven. Peter-Julien Eymard. A través de almas como éstas, la pequeña santa entraba a los corazones de millones en todo el mundo.

Pero ¿quién era santa Filomena? A pesar de las detalladas investigaciones, se halló muy poca información que diera a conocer su vida antes del martirio. En respuesta a las oraciones fervorosas de sus devotos, la santa reveló a tres personas diferentes la historia de su vida y martirio, la cual puede ser leída en el folleto Pax tecum Filumena. Según estas revelaciones, Filomena, que había hecho voto de virginidad a temprana edad, fue muerta por haber rehusado entrar en un matrimonio pecaminoso con un monarca rico y poderoso. Ni las súplicas de sus padres ni las ofertas de riqueza y dominio terrenal, ni los tormentos más aterradores pudieron hacer flaquear su determinación. Y aunque no estamos obligados a aceptar la revelación privada, hay que destacar que estas revelaciones corresponden sorprendentemente a los detalles ya conocidos acerca de la santa; y son extraordinarias, ya que las personas a las que les fueron reveladas vivieron en lugares distintos y no se conocían entre sí.

Desde que se encontraron su reliquias, Papa tras Papa la ha honrado públicamente y ha promovido una devoción personal hacia ella. El papa Gregorio XVI publicó el decreto de su canonización y la declaró ser «la gran obradora de milagros del siglo diecinueve», y después «la patrona del rosario viviente». El papa Pío IX fue quizá el más devoto de ella. La llamó «patrona de los hijos de María» y le concedió el privilegio extraordinario de un oficio propio. El santo papa Pío X, quien demostró una tierna devoción hacia ella, ordenó que las decisiones y decretos hechos por sus predecesores, en lo concerniente a la causa de la santa, no se alteraran en ninguna manera. El papa León XIII aprobó la Cofradía de santa Filomena y luego la elevó a la categoría de archicofradía.

Es trágico que a pesar de estas declaraciones de los Santos Padres, ahora se esté diciendo en todas partes que santa Filomena no existió, que no fue virgen-mártir ni santa, sino una mera leyenda. Los actos de canonización de tal manera forman parte del oficio docente del papado que han sido considerados por mucho tiempo como actos infalibles. Por los dictámenes de la Santa Madre Iglesia, apoyados por evidencia científica y por los milagros obrados a través de la intercesión de la santa, sabemos que Filomena sí existió. A pesar de los esfuerzos por desacreditar su nombre, la pequeña santa continúa mostrando su maravilloso poder de intercesión allá en el cielo. En efecto, son más los que nos escriben para saber algo acerca de santa Filomena que cualquier otro santo. Una tal carta dice así: «Nuestra Iglesia una vez fue nombrada por santa Filomena, pero ahora nos dicen que nunca existió... No obstante yo he recibido tantos favores maravillosos por parte de ella...».

Sí, aún hoy no hay ni una clase de gente a la que santa Filomena no ayude de manera muy especial. Ama a los niños con un cariño muy tierno; auxilia a los religiosos en sus labores para la Iglesia; ayuda a los enfermos y moribundos; es invocada para los partos felices; es de gran ayuda en la causa de la educación religiosa y tiene un amor especial por las misiones. Los pobres, los necesitados, los afligidos, los enfermos, todos ellos encuentran solaz y consuelo a sus pies. Como una vela en una mesa, como una ciudad sentada en una montaña que no puede ser ocultada, santa Filomena, la hija de luz, continúa bañándonos con su dulce luz celestial en medio de la penumbra de este mundo pecaminoso...
Pero sí regresó; tras un mes de sufrimientos terribles, pudo hacer el viaje a Mugnano, donde fue curada en el santuario de las reliquias de Filomena. Su salud se había vuelto alarmante durante el viaje. La gente, aterrorizada por la apariencia esquelética de la niña, se reunió a su alrededor y la ensordecieron con sus súplicas a Filomena para que la curara. Sus dolores se habían vuelto tan intensos estando en su silla de minusválidos que se desplomó; todo mundo pensó que había muerto. Pero no era la muerte: el color regresó a sus pálidas mejillas, y en sus ojos llorosos se vislumbraba una paz celestial. Al darse cuenta de que Pauline estaba curada, la multitud se volvió loca de alegría y gritaban una y otra vez: ¡Un milagro! ¡Un milagro! ¡Viva santa Filomena!

Pauline emprendió su regreso a Roma y se presentó ante el Papa. Pero como él no había sido informado de su curación, quedó paralizado de alegría y asombro al ver en perfecta salud a la jovencita que poco antes se hallara al borde de la muerte. A fin de investigar minuciosamente su curación, ordenó a Pauline quedarse en Roma por un año, durante el cual le confirió muchos privilegios.

Aun cuando lo que él mismo declaró ser «un milagro de primera clase» le había llegado al alma, Gregorio no relajó en lo más mínimo las leyes rigurosas de los tribunales romanos. Sin embargo, cumpliendo con su promesa, al instante tomó medidas para ordenar que la Sagrada Congregación de Ritos iniciara una investigación a fondo por la causa de la santa. Todas las dificultades y dudas que impedían la aprobación de la Iglesia se resolvieron después de que los mejores expertos hubieran escudriñado toda la evidencia. Mientras tanto, las peticiones por parte del clero y los fieles para la canonización de Filomena inundaron Roma. En primer plano los obispos hacían llamados solicitando su causa. Todo el episcopado de Italia declaró que la niña Filomena era una santa. Durante dos años el Soberano Pontífice oró y meditó hasta que elevó a Filomena a la santidad. El 30 de enero de 1837, publicó el decreto que autorizaba la devoción y que concedía la celebración litúrgica de su fiesta con Misa en su honor. Llamó a la pequeña virgen-mártir «la obradora de milagros del siglo diecinueve».

El mayor prodigio relacionado con esta obradora de milagros se dice que fue la rapidez con que se extendió por todo el mundo su devoción. San Juan Vianney fue el que jugó un importantísimo papel en la promoción de dicha devoción. Entre sus clientes, también se encontraban san Madeleine-Sophie Barat, san Peter Chanel, y el Ven. Peter-Julien Eymard. A través de almas como éstas, la pequeña santa entraba a los corazones de millones en todo el mundo.

Pero ¿quién era santa Filomena? A pesar de las detalladas investigaciones, se halló muy poca información que diera a conocer su vida antes del martirio. En respuesta a las oraciones fervorosas de sus devotos, la santa reveló a tres personas diferentes la historia de su vida y martirio, la cual puede ser leída en el folleto Pax tecum Filumena. Según estas revelaciones, Filomena, que había hecho voto de virginidad a temprana edad, fue muerta por haber rehusado entrar en un matrimonio pecaminoso con un monarca rico y poderoso. Ni las súplicas de sus padres ni las ofertas de riqueza y dominio terrenal, ni los tormentos más aterradores pudieron hacer flaquear su determinación. Y aunque no estamos obligados a aceptar la revelación privada, hay que destacar que estas revelaciones corresponden sorprendentemente a los detalles ya conocidos acerca de la santa; y son extraordinarias, ya que las personas a las que les fueron reveladas vivieron en lugares distintos y no se conocían entre sí.

Desde que se encontraron su reliquias, Papa tras Papa la ha honrado públicamente y ha promovido una devoción personal hacia ella. El papa Gregorio XVI publicó el decreto de su canonización y la declaró ser «la gran obradora de milagros del siglo diecinueve», y después «la patrona del rosario viviente». El papa Pío IX fue quizá el más devoto de ella. La llamó «patrona de los hijos de María» y le concedió el privilegio extraordinario de un oficio propio. El santo papa Pío X, quien demostró una tierna devoción hacia ella, ordenó que las decisiones y decretos hechos por sus predecesores, en lo concerniente a la causa de la santa, no se alteraran en ninguna manera. El papa León XIII aprobó la Cofradía de santa Filomena y luego la elevó a la categoría de archicofradía.

Es trágico que a pesar de estas declaraciones de los Santos Padres, ahora se esté diciendo en todas partes que santa Filomena no existió, que no fue virgen-mártir ni santa, sino una mera leyenda. Los actos de canonización de tal manera forman parte del oficio docente del papado que han sido considerados por mucho tiempo como actos infalibles. Por los dictámenes de la Santa Madre Iglesia, apoyados por evidencia científica y por los milagros obrados a través de la intercesión de la santa, sabemos que Filomena sí existió. A pesar de los esfuerzos por desacreditar su nombre, la pequeña santa continúa mostrando su maravilloso poder de intercesión allá en el cielo. En efecto, son más los que nos escriben para saber algo acerca de santa Filomena que cualquier otro santo. Una tal carta dice así: «Nuestra Iglesia una vez fue nombrada por santa Filomena, pero ahora nos dicen que nunca existió... No obstante yo he recibido tantos favores maravillosos por parte de ella...».

Sí, aún hoy no hay ni una clase de gente a la que santa Filomena no ayude de manera muy especial. Ama a los niños con un cariño muy tierno; auxilia a los religiosos en sus labores para la Iglesia; ayuda a los enfermos y moribundos; es invocada para los partos felices; es de gran ayuda en la causa de la educación religiosa y tiene un amor especial por las misiones. Los pobres, los necesitados, los afligidos, los enfermos, todos ellos encuentran solaz y consuelo a sus pies. Como una vela en una mesa, como una ciudad sentada en una montaña que no puede ser ocultada, santa Filomena, la hija de luz, continúa bañándonos con su dulce luz celestial en medio de la penumbra de este mundo pecaminoso...

Santa Filomena Hija de luz parte1


Santa Filomena Hija de luz
Escrito por una religiosa de María Reina Inmaculada
En la revista Salve Regina


De todos los santos y santas que Dios ha levantado para los tiempos modernos, una posee especial atractivo tanto para jóvenes como adultos. Por muchos siglos, Dios mantuvo escondida la historia de esta santa como un tesoro precioso, pues sus reliquias yacían en lo profundo de las catacumbas romanas, su nombre estaba perdido en la oscuridad y era desconocida para la humanidad. Fue sólo en años recientes que Dios, en su omnisapiente Providencia, se dignó levantar el velo que cubría la resplandeciente belleza de su virtuosa alma; y la luz irradiada desde allí ha atravesado la espesa niebla de este mundo cargado de pecados. Su nombre es Filomena, la «hija de luz».

El 24 de mayo de 1802, la fiesta de María Auxilio de los cristianos, unos excavadores encontraron una pequeña cavidad desconocida en las catacumbas de santa Priscila. Fue un descubrimiento extraordinario, pues todas las reliquias en ese cementerio ya habían sido sacadas en el siglo decimosexto. Todo indicaba que la tumba se hallaba exactamente igual a cuando depositaron allí sus sagrados restos, hace siglos. La cripta estaba sellada con tres losas de terracota que llevaban la inscripción: Lumena — Pax Te — Cum Fi. Muy posiblemente, las losas fueron mal colocadas en la prisa por enterrarla, ya que, cuando se reacomodan, se lee en latín: Pax Tecum Filumena (la paz sea contigo Filumena). En las losas también estaban pintados con rojo vivo un ancla, dos flechas, una lanza, una palma y una liliácea, con lo cual parecía indicarse la tumba de una virgen mártir. Se puso fin a la excavación y se fijó la exhibición del sarcófago para el día siguiente.

Al abrir la tumba, se encontró el esqueleto de una jovencita de 12 ó 13 años, y cerca de su cabeza se hallaba un jarrón medio quebrado que contenía lo que luego resultó ser su sangre ya seca. Mientras los expertos transferían cuidadosamente esto último a una urna de cristal claro, quedaron sobresaltados por la aparición de hermosas gemas brillantes. El cardenal Ruffo Scilla, quien renovó los sellos del nuevo relicario tras la colocación de la sangre en una urna, declaró en la autentificación: «Y hemos visto su sangre transformarse en varias piedras preciosas y brillantes de varios colores...». Los innumerables prodigios operados por esta preciosa reliquia están, sin duda, entre las más grandes maravillas del mundo cristiano.

Los huesos, las cenizas y la sangre fueron exhumados y colocados con mucho cuidado en una caja de madera; luego de ser abierta, los expertos examinaron minuciosamente de nuevo los contenidos. Después se redactó una declaración jurada y fue firmada por doctores, teólogos, expertos en biología y física, así como jueces civiles y eclesiásticos. Las reliquias se transfirieron a una caja de ébano forrada de seda, la cual fue sellada en tres lados, y bajo la guardia de honor fue transportada solemnemente a la custodia del Vicario cardenal para esperar las órdenes del Papa para su depósito en una iglesia. A pesar de la naturaleza extraordinaria del milagro de la sangre, no hubo acción precipitada por parte de la Iglesia. Procediendo con su característica y sabia lentitud, inició una investigación jurídica.

Un día en 1805, un joven sacerdote, D. Francesco di Silva, entró al lugar sagrado donde descansaban los restos de trece mártires. Habiendo acompañado al obispo de Potenza en una visita a Roma, quiso ardientemente procurarse una reliquia para su parroquia durante su estancia. Al acercarse al lugar donde yacían los preciosos restos de la virgen-mártir, fue embargado de pronto por la emoción. La pequeña Filomena había reclamado su corazón, y, desde ese entonces, no le dio descanso al sacerdote hasta que sus reliquias estuvieran en su posesión. A pesar de los obstáculos aparentemente insuperables, poco después le dieron las reliquias al obispo de Potenza, quien a su vez las otorgó al joven sacerdote.
La traslación de las reliquias a la parroquia de D. Francesco en Mugnano, sucedió el 10 de agosto de 1805, y le acompañaron muchos milagros. El pueblito, donde la gente pronto se enamoró de Filomena, iba a sufrir un gran cambio. Su maravillosos poderes se manifestaron con milagros de todos tipos; se concedieron bendiciones en gran abundancia; la fe del pueblo se intensificó, y el santuario pronto se hizo famoso en todas partes por los maravillosos favores que ahí se concedían. El prodigio más importante fue el gran milagro de Mugnano: la curación de Pauline Marie Jaricot.

Hija de acaudalados padres franceses, Pauline Jaricot estaba dotada de belleza, inteligencia y una personalidad encantadora. A pesar de la fuerte atracción del mundo, el corazón de Pauline se inclinaba por las cosas del espíritu. Sin embargo, sólo después de una larga y dura batalla fue que la gracia alcanzó su triunfo final en su alma. La victoria resultó ser de gran valor para Dios, pues esta frágil jovencita vivió para convertirse en la fundadora de tres grandes organizaciones, cuyos frutos no tienen medida en esta vida: la Asociación del Rosario Viviente, la Sociedad para la Propagación de la Fe y la Asociación de la Santa Niñez.

En marzo de 1835, una dolencia, que hacía tiempo que Pauline sufría, se agravó mucho y debían tomarse medidas drásticas. La muerte no estaba lejos, y ahora su última ambición era visitar al Santo Padre para obtener la bendición por su obra. Si no fuera por la intercesión de Filomena, con quien llegó a familiarizarse tiempo atrás, Pauline no hubiera sobrevivido el largo viaje por carruaje. La muerte parecía perseguir los pasos de los cansados viajeros, pero Dios tenía planes para su sierva devota.

Pauline llegó a Roma en un estado de absoluto agotamiento. Fue la primera vez que admitió que ya no podía continuar, y dispuso que le cancelaran su audiencia con el Papa. Al escuchar esto, el mismo Gregorio XVI fue a visitar a esta jovencita que había hecho tanto por la Iglesia. Le agradeció reiteradamente por su trabajo y le pidió que rogara por él en el cielo. Luego Pauline preguntó: «Si regreso bien de mi visita a Mugnano y me voy a pie hasta el Vaticano, ¿se dignará Su Santidad en proceder sin demoras con la investigación en cuanto la causa de Filomena?». «Sí, sí, hija mía, pues eso en verdad sería un milagro de primera clase». Estaba convencido de que ya nunca la volvería a ver, pues todo indicaba que Pauline estaba muriendo

martes, 18 de agosto de 2009

Poem Santa Filomena by Longfellow



SANTA FILOMENA
by Henry Wadsworth Longfellow

Whene'er a noble deed is wrought,
Whene'er is spoken a noble thought,
Our hearts, in glad surprise,
To higher levels rise.

The tidal wave of deeper souls
Into our inmost being rolls,
And lifts us unawares
Out of all meaner cares.

Honor to those whose words or deeds
Thus help us in our daily needs,
And by their overflow
Raise us from what is low!

Thus thought I, as by night I read
Of the great army of the dead,
The trenches cold and damp,
The starved and frozen camp,--

The wounded from the battle-plain,
In dreary hospitals of pain,
The cheerless corridors,
The cold and stony floors.

Lo! in that house of misery
A lady with a lamp I see
Pass through the glimmering gloom,
And flit from room to room.

And slow, as in a dream of bliss,
The speechless sufferer turns to kiss
Her shadow, as it falls
Upon the darkening walls.

As if a door in heaven should be
Opened, and then closed suddenly,
The vision came and went,
The light shone was spent.

On England's annals, through the long
Hereafter of her speech and song,
That light its rays shall cast
From portals of the past.

A lady with a lamp shall stand
In the great history of the land,
A noble type of good,
Heroic womanhood.

Nor even shall be wanting here
The palm, the lily, and the spear,
The symbols that of yore
Saint Filomena bore.

published in: The Atlantic Monthly; November 1857
Volume 1, No. 1; pages 22-23.

lunes, 17 de agosto de 2009

Santa Filomena Wallpapers




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Santa Filomena




Santa Filomena (hija de luz o bienamada en griego) es una Virgen y Mártir de la Iglesia Catolica

En el año 1802, mientras se llevaban a cabo unas excavaciones en las famosas catacumbas de Santa Priscila, en Roma, se encontró una cripta sellada con tres losas de terracota que llevaban la inscripción: Lumena — Pax Te — Cum Fi. Tratando de darle sentido a esta frase, se re-arreglaron ligeramente algunas sílabas y se obtuvo Paxt te cum Filumena, que en latín quiere decir "La paz sea contigo, Filomena".

En la tumba se encontró el cuerpo de una niña de 12 ó 13 años, que cerca de su cabeza tenía un jarrón roto que contenía lo que se creyó que era sangre seca. Posteriormente se colocó su cuerpo en una caja de ébano forrada en seda y se entregó a la Iglesia, siendo el 10 de Agostode 1805 trasladados las reliquias a la parroquia de D. Francesco en Mugnano, donde se encuentra su Santuario.

Una religiosa napolitana llamada Sor Luisa le pidió a Santa Filomena, a través de una oración, que le revelase parte de su vida. Luego, supuestamente recibió en sueños la información solicitada, que se resume en el siguiente relato.

Filomena era la princesa de una ciudad estado localizada en la isla griega de Corfú, hija única de reyes cristianos que se bautizaron cuando Publio, su médico personal, les dijo que Dios les podía ayudar a tener el hijo que tanto deseaban pero no podían concebir.

A los 13 años de edad, Filomena viajó a Roma con sus padres cuando el emperador Diocleciano los hizo llamar para declararles la guerra formalmente; sin embargo, impresionado con la belleza y elegancia de la princesa, él les ofreció la paz si Filomena le era entregada como su esposa. Los padres aceptaron, pero la hija rechazó el trato; no sólo estaba molesta por haber sido ofrecida como un trofeo a los romanos sin que siquiera se le hubiera consultado, sino que ella había hecho un voto de virginidad años antes y pensaba cumplirlo a cualquier precio.

Tras muchos esfuerzos inútiles por convencer a Filomena de que se casara con él y se convirtiera en su emperatriz, Diocleciano ejecutó a sus padres por levantarse contra el Imperio Romano y la encarceló por más de un mes. Tras 37 días de prisión, Filomena fue sometida a diversas torturas (fue azotada, luego lanzada al río Tiber con un ancla amarrada a su cuerpo, pero intervenciones divinas la salvaron una y otra vez de morir. Finalmente, cuando parte del bajo pueblo romano empezó a ponerse de su parte y protestó por su prisión, Filomena fue acusada de brujería y decapitada.

En su juventud, la devota de Santa Filomena Pauline Jaricot, que le daba crédito por haberla sanado milagrosamente de su enfermedad al corazón, fundo tres asociaciones católicas: la Asociación del Rosario Viviente, la Sociedad para la Propagación de la Fe y la Asociación de la Santa Niñez. Las tres están dedicadas a la memoria de la Santa.

En la iconografía católica se retrata a Filomena como una chica de pelo largo, ondulado y castaño, vestida con una túnica larga generalmente blanca, azul o anaranjada, con hojas de palma (símbolo de martirio), flechas o un ancla en las manos, y una corona real o de flores en la cabeza.

NOVENA A SANTA FILOMENA

Oh gran Santa Filomena, Virgen y Mártir, obradora de maravillas de nuestra era, le doy las más fervientes gracias a Dios por los dones milagrosos otorgados a Vos, y os suplico impartirme una porción de las gracias y bendiciones de las cuales vos habéis sido el canal para tantas almas. Por la heroica fortitud con la cual confrontasteis la furia de tiranos y el disgusto de los poderosos antes que desviaros de vuestra alianza con el Rey del Cielo, obtened para mí pureza de cuerpo y alma, pureza de corazón y deseo, pureza de pensamiento y afecto.

Por vuestra paciencia bajo sufrimientos multiplicados, obtened para mí una aceptación sumisa de todas las aflicciones que pueda complacer a Dios enviarme y como vos escapasteis milagrosamente ilesa de las aguas del Tiber, en el que fuisteis arrojada por orden de vuestro perseguidor, así también yo pueda pasar a través de las aguas de tribulación sin detrimento a mi alma. Además de estos favores, obtened para mí, Oh esposa fiel de Jesús, la necesidad particular que ardientemente os recomiendo en este momento.

Oh Virgen pura y Mártir santa, dígnate dirigir una mirada de piedad desde el Cielo sobre vuestro devoto siervo, consoladme en aflicción, asistidme en el peligro, sobre todo venid en mi auxilio a la hora de mi muerte. Guardad sobre los intereses de la Iglesia de Dios, rezad por su exaltación y prosperidad, la extensión de la Fe, por el Soberano Pontífice, por el clero, por la perseverancia del justo, la conversión de los pecadores, y el sufragio de las almas del Purgatorio, especialmente mis seres queridos. Oh gran Santa, cuyo triunfo celebramos en la tierra, interceded por mí, para que un día pueda contemplar la corona de gloria otorgada a vos en el Cielo y bendecir a El quien liberalmente recompensa por toda la eternidad los sufrimientos soportados por Su amor durante esta corta vida. Amén.

Saint Philomena is venerated as a Virgin Martyr Saint of the Roman Catholic Church, said to have been a young Greek princess martyred in the 4th century. Her veneration began in the early 19th century after the archaeological discovery in the Catacombs of Priscilla of the bones of a young girl, which were interpreted as those of a martyr. Nothing else was known about her, but an inscription found at the tomb was taken to indicate that her name was (in the Latin of the inscription) Filumena; corresponding to the English name Philomena.

The remains were removed to Mungnano Cardinale in 1805 and became the focus of widespread devotion, with several miracles credited to the saint's intercession, including the healing of Venerable Pauline Jaricot in 1835, which received wide publicity. Saint Jean Vianney attributed to her intercession the extraordinary cures that others attributed to himself. Accounts of her life and martyrdom circulated on the basis of visions of a Neapolitan nun.

On 21 December 1833, the Holly Office declared that there was nothing contrary to the Catholic faith in the revelations that Sister Maria Luisa di Gesù (1799-1875), a Dominican tertiary from Naples claimed to have received from the Saint herself.

According to Sister Maria Luisa di Gesù, Saint Philomena told her she was the daughter of a king in Greece who, with his wife, had converted to Christianity. At the age of about 13 she took a vow of consecrated virginity. When the Emperor Diocletian threatened to make war on her father, he went with his family to Rome to ask for peace. The Emperor fell in love with the young Philomena and, when she refused to be his wife, he subjected her to a series of torments: scourging, from whose effects two angels cured her; drowning with an anchor attached to her, but two angels cut the rope and raised her to the river bank; being shot with arrows, but on the first occasion her wounds were healed, on the second the arrows turned aside, and on the third, they returned and killed six of the archers, and several of the others became Christians. Finally the Emperor had her decapitated, which occurred on a Friday at three in the afternoon, as with the death of Jesus. The two anchors, three arrows, the palm and the ivy leaf on the tiles found in the tomb were interpreted as symbols of her martyrdom.

In these visions she also revealed that her birthday was 10 January, that her martyrdom occurred on 10 August (the date also of the arrival of her relics in Mugnano del Cardinale),and that her name "Filumena" meant "daughter of light" (it is usually taken to be derived from a Greek word meaning "beloved")

On 24 May 1802 in the Catacombs of Priscilla on the Via Salaria Nova an inscribed loculus (space hollowed out of the rock) was found, and on the following day it was carefully examined and opened. The loculus was closed with three terra cotta tiles, on which was the following inscription: lumena paxte cumfi. It was and is generally accepted that the tiles were in a wrong order and that the inscription originally read, with the leftmost tile placed on the right: pax tecum Filumena (i.e."Peace with you, Philomena"). Within the loculus was found the skeleton of a female between thirteen and fifteen years old. Embedded in the cement was a small glass phial with vestiges of what was taken to be blood. Accordingly, in accordance with the assumptions of the time, the remains were taken to be those of a virgin martyr named Philomena.

In 1805, Canon Francesco De Lucia requested relics for a new altar, and on 8 June obtained the remains discovered in May 1802 (reduced to dust and fragments) for his church in Mungnano Cardinale, where they arrived on 11 August, after being taken from Rome to Naples on 1 July

In 1827, Pope Leo XIII gave to the church in Mugnano del Cardinale the three inscribed terra cotta slabs that had been taken from the tomb.

In his Relazione istorica della traslazione del sacro corpo di s. Filomena da Roma a Mugnano del Cardinale De Lucia recounts that wonders accompanied the arrival of the relics in his church, among them a statue that sweated some liquid continuously for three days.

The spread of devotion to her in France as well as in Italy was helped when Saint John Vianney built a shrine in her honour and referred to her often, attributing to her the miracles that others attributed to himself. Another help was the cure of the near-dying Venerable Pauline Jaricot, founder of the Society for the propagatin of the Faith, at Philomena's shrine on 10 August 1835.

Another miracle accepted as proved in the same year was the multiplication of the bone dust of the saint, which provided for hundreds of reliquaries without the original amount experiencing any decrease in quantity.

NOVENA PRAYER TO SAINT PHILOMENA

We beseech Thee, O Lord, to grant us the pardon of our sins by the intercession of Saint , virgin and martyr, who was always pleasing in Thy sight by her eminent chastity and by the profession of every virtue. Amen.

Illustrious virgin and martyr, Saint Philomena, behold me prostrate before the throne whereupon it has pleased the Most Holy Trinity to place thee. Full of confidence in thy protection, I entreat thee to intercede for me with God, from the heights of Heaven deign to cast a glance upon thy humble client! Spouse of Christ, sustain me in suffering, fortify me in temptation, protect me in the dangers surrounding me, obtain for me the graces necessary to me, and in particular

(Here specify your petition).

Above all, assist me at the hour of my death. Saint Philomena, powerful with God, pray for us. Amen.

O God, Most Holy Trinity, we thank Thee for the graces Thou didst bestow upon the Blessed Virgin Mary, and upon Thy handmaid Philomena, through whose intercession we implore Thy Mercy. Amen.